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Mi viaje por la maternidad




Muchas de vosotras ya me conocéis y otras me estaréis poniendo cara ahora.

Mi nombre es Silvia y soy la persona que está detrás de Macba Baby; aunque sin la ayuda de mi familia, en especial de mi madre, este proyecto no sería posible.

El pasado 4 de Diciembre me convertí en mamá y ¡guau! ¡menuda montaña rusa de emociones!

Durante estas semanas de maternidad lo he pensado mucho, siempre me ha dado vergüenza o miedo mostrarme, quizás por timidez, pero sí, he decidido contar mi historia, porque ha habido momentos durante el embarazo y tras el nacimiento de mi pequeña en los que me he sentido abrumada, asustada, agobiada, en los que necesitaba leer que otras mujeres estaban viviendo lo mismo que yo o parecido, quizás buscando algún tipo de consuelo o apoyo. Porque no sé si te ha pasado, pero hay veces en la maternidad que aunque estés rodeada de gente, te sientes sola. Así que...ojalá y mis palabras puedan ayudarte si lo necesitas, ojalá y te sean de aliento, y si no es tu caso, aún así, mil gracias por leerme.


Mi montaña rusa comenzó en Marzo de 2023 al enterarme de que estaba embarazada, no te imaginas la ilusión al ver ese test positivo. Pero esa felicidad no duró mucho tiempo, a las dos semanas de enterarnos de la noticia (recuerdo perfectamente que era sábado al medio día), nos tocó salir corriendo al hospital, con un sangrado abundante que nos hacía pensar en el peor de los finales, con tan solo 10 semanas de embarazo.

Recuerdo las palabras de la matrona ''el bebé tiene latido''. Se había formado un hematoma de implantación bastante grande justo encima del embrión que hacia que tuviera ese manchado y por tanto, que podía hacer que perdiéramos al bebé (al parecer esto es más común de lo que parece). Esto me obligó a estar en reposo varias semanas (os podéis imaginar cuando le dicen eso a una trabajadora autónoma), sin embargó, lo llevé de la mejor manera, con ayuda de mi familia pudimos sacar los pedidos adelante. A la semana dejé de manchar y nos confirmaron que el hematoma ya había desaparecido y que el embrión seguía teniendo latido.


Pero ahí no se iba a quedar esto del embarazo...a las 14 semanas, por antecedentes familiares de diabetes deciden realizarme la famosa curva de la glucosa y adivina...SI, diabetes gestacional. Genial pensé, no pasa nada, esto con dieta está controlado me decía el endocrino. Guau...! ¡Esto solo acababa de empezar! Tenía que salir a caminar todos los días varias veces, o bien hacer deporte en casa, pesar la comida, eliminar muchos, muchísimos alimentos de mi dieta, y lo que peor llevaba, pincharme 6 veces al día en el dedo para medir la cantidad de glucosa en sangre antes y después de cada comida. Solo quien ha vivido un embarazo con diabetes gestacional sabe lo que es, tengo que confesarte que el miedo en cada revisión se apoderaba de mi.

Por lo demás y excepto pequeños sustos o complicaciones, sobre todo al final del embarazo, he vivido un embarazo precioso, que terminó en la semana 40+1.


Y allá vamos, ¡A por el parto!

Siempre tuve claro que quería intentar tener un parto natural, sin epidural, desde la calma, confiando en mi misma y en mi cuerpo...así que mi pareja y yo, decidimos realizar el curso de Parto Positivo de Hipnoparto. Sin duda, fue una de las mejores decisiones que pudimos tomar. Me ayudó a saber lo que quería en mi parto, pero también a abrir la mente, ya que muchas veces, las cosas no salen como queremos.

Y aquí te cuento mi historia:

En la semana 40+1 empecé a notar que algo no iba como siempre, me sentía un poco revuelta, de eso que dices noto el cuerpo raro, y al levantarme de la cama a media noche, noté salir un poco de líquido transparente, la verdad que era tan poco que no tenía ni idea de si había fisurado o no la bolsa, así que decidimos tomarnos la mañana con calma, en casa, comer tranquilos y darme una ducha calentita para terminar poniendo rumbo al hospital.

Sorprendentemente íbamos tranquilos, no pensábamos que la aventura iba a empezar, ya que no tenía ningún dolor que nos hiciera sospechar de contracciones de parto. Pero sí, al llegar me hicieron una prueba que confirmaba que ese líquido que llevaba algunas horas expulsando era líquido amniótico, la bolsa estaba fisurada, así que ya me quedé ingresada esa misma tarde. Nos llevaron a la habitación donde estaríamos con nuestra peque en unas horas, en planta, y ahí pasamos la noche esperando a ponerme de parto por mi misma, ya que cuando llegamos al hospital solo estaba de 2cm de dilatación.

Después de una noche laaaaarga como la que más, por la mañana, me ofrecieron ponerme oxitocina, tan solo había dilatado 3cm y ya llevaba muchas horas con la bolsa rota, así que accedimos y...si, ahí empezaron las contracciones y los dolores de verdad. A las 10 de la mañana comenzamos con la oxitocina y a las 15:48h, Daniela, llegó al mundo, con 3.225kg y 52cm, un 4 de Diciembre, en un parto precioso, vaginal, sin epidural, como yo deseaba; un parto desde la calma, con el cariño de unas matronas maravillosas, controlando la respiración y siendo yo la primera que cogiera con mis propias manos a mi hija.


Así que sí, qué montaña rusa esto de la maternidad, que bonito apoyarse entre mujeres, que bonito es no juzgar, que importante es sentirte dueña de tu embarazo, de tu parto y sobre todo de la maternidad, hacer lo que deseas en todo momento, porque cada embarazo, cada parto, cada bebé y cada mamá son únicos.


 
 
 

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